Hace un par de días observe como personal del DIF municipal o del Ayuntamiento comiteco hacía su trabajo tratando de convencer y hacer reflexionar a dos menores de edad que se encontraban pidiendo ayuda o caridad en un crucero importante sobre el boulevard para que no continuaran en esta actividad; por desgracia comprobé que estos dos niños son producto del negocio de la mendicidad porque al ser descubiertos inmediatamente sacaron las uñas, pasaron de un estado humilde y conmovedor a uno peligroso y muy violento, hasta este tecleador le tocó recibir la respectiva tajada de mentadas y amenazas que un tono demasiado grosero salían de esas infantiles boquitas, la funcionaria municipal me dijo que en este crucero los niños levantan un promedio de 600 pesos diarios aproximadamente lo que resulta un atractivo no sólo para estas criaturas, sino también para los padres o familiares que seguramente se encuentran involucrados en este “modelito” de explotación infantil,
no es de extrañarse que los menores pertenezcan a una familia que recibe apoyos de PROGRESA, Madres Solteras, entre otros que se reparten de manera institucional pero como el “negocito” resulta bastante provechoso se niegan a dejarlo pese al llamado de atención de las autoridades responsables; Preocupa que este fenómeno insista en brotar caprichosamente en la sociedad que nos desenvolvemos, que menores de edad en lugar de estar en las aulas escolares se ocupen en crecer en esta actividad porque son ellos la esperanza y el futuro de nuestros pueblos, en estas condiciones no puede esperarnos muchos para bienes, el asunto de los menores en actividades de la mendicidad no sólo debe ser visto de manera superficial, en este tema deben también tomar cartas las instancias judiciales porque no hay que descartar un hecho encuadrado en el delito de explotación infantil; los ciudadanos igualmente nos toca poner de nuestra parte, si bien es cierto una cara infantil pidiendo ayuda es muy conmovedor y nos obliga a registrarnos los bolsillos para ofrecerles una moneda, habría que reflexionar o analizar si con eso contribuimos realmente a que ellos tengan un mundo mejor. No dudamos que hay casos especiales, donde la realidad supera la ficción en materia de pobreza a niveles de miseria, de una incapacidad o enfermedad muy crítica y sin salida, ahí habría que apostarle toda la fuerza de bondad que pueda haber en cada ser humano, pero cuando detrás de todo hay una perversidad aprovechando la inocencia infantil habría que pensar dos veces la forma de cómo poder ayudar a esas criaturas.
no es de extrañarse que los menores pertenezcan a una familia que recibe apoyos de PROGRESA, Madres Solteras, entre otros que se reparten de manera institucional pero como el “negocito” resulta bastante provechoso se niegan a dejarlo pese al llamado de atención de las autoridades responsables; Preocupa que este fenómeno insista en brotar caprichosamente en la sociedad que nos desenvolvemos, que menores de edad en lugar de estar en las aulas escolares se ocupen en crecer en esta actividad porque son ellos la esperanza y el futuro de nuestros pueblos, en estas condiciones no puede esperarnos muchos para bienes, el asunto de los menores en actividades de la mendicidad no sólo debe ser visto de manera superficial, en este tema deben también tomar cartas las instancias judiciales porque no hay que descartar un hecho encuadrado en el delito de explotación infantil; los ciudadanos igualmente nos toca poner de nuestra parte, si bien es cierto una cara infantil pidiendo ayuda es muy conmovedor y nos obliga a registrarnos los bolsillos para ofrecerles una moneda, habría que reflexionar o analizar si con eso contribuimos realmente a que ellos tengan un mundo mejor. No dudamos que hay casos especiales, donde la realidad supera la ficción en materia de pobreza a niveles de miseria, de una incapacidad o enfermedad muy crítica y sin salida, ahí habría que apostarle toda la fuerza de bondad que pueda haber en cada ser humano, pero cuando detrás de todo hay una perversidad aprovechando la inocencia infantil habría que pensar dos veces la forma de cómo poder ayudar a esas criaturas.
REFLEXION
SEGÚN
LA UNESCO 651 MIL NIÑOS ENTRE 7 Y 14 AÑOS DE EDAD AN DEJADO LAS AULAS POR
TRABAJAR CIFRAS QUE COLOCA A MEXICO EN INDICES SIMILARES A LOS QUE SE REGISTRAN
EN AFRICA, Y EL FENOMENO ES MAYOR QUE
BOLIVIA Y BRASIL
